Nosotros no creemos en recetas infalibles ni pociones mágicas. Ni sabemos qué hacer para ponernos de acuerdo.
Pero sí tenemos algo claro: solo podremos mejorar dando voz a los docentes.
Desde la Fundación Promaestro trabajamos para que los docentes sean reconocidos en la peculiaridad y especificidad de su profesión, la más relevante del sistema educativo. Los maestros y profesores nos necesitan; no para decirles cómo hacer su trabajo, sino para acompañarles y apoyarles. Porque todos llevamos un profesor dentro pero no todos somos, ni podemos ser, profesores.